Pero para abordar esto hay un paso previo, consistente en dotar a la empresa de una especie de infraestructura, de arquitectura informacional que sirva de soporte para esos otros procesos de alto “valor”.
La gestión de la información primero, y la gestión del conocimiento después, permiten montar esta infraestructura:
Fuente: elaboración propia.
Porque siempre innovaremos sobre “algo” existente, sobre una base de conocimiento, que puede ser tácito, y residir en cada persona, pero que idealmente debe estar depositado en la organización para que todo el que lo necesite pueda estirar de él.
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